Vivir quiere decir tomar partido…

indiferenciaDicen que nos enfrentamos a una guerra terrorista mundial y que hay que tomar partido… Que los que defendemos la paz, la educación, la igualdad, la solidaridad y el amor no podemos seguir bañándonos en las aguas tibias del buenismo porque el confort de las proclamas de mayo del 68 aquí,en esta espiral del terror yihadista, no tiene cabida como tampoco basta con lanzar a los cuatro vientos que la paz es un principio innegociable porque no es un principio, sino una circunstancia… Y para llegar a la Paz, la cruda realidad nos está obligando a elegir entre lo malo y lo peor.
Y en esas estamos, tratando de militar en una resistencia que se niega a colocarse en una trinchera que justifique -celebrándola o lamentándola- cualquier muerte de una vida inocente…. Sin embargo, es obvio que hoy por hoy, las condenas internacionales, los pactos antiterroristas o cualquier otra acción política por si sola no es suficiente…
Unánime, total y rotunda es la repulsa a la barbarie del Estado Islámico (EI), a sus masacres indiscriminadas, a su violación continua y sistemática de los derechos humanos…Son criminales, locos asesinos, cegados por una religión, absolutamente fanatizados, que secuestran, violan, decapitan, asesinan… ¿Pero cuál es la respuesta acertada a todo esto? La guerra, el envío de tropas, los bombardeos, los ataques selectivos, los planes preventivos, los estados de emergencia, el redoble de fuerzas militares y policiales, el recorte de las libertades a cambio de seguridad…
No es el momento de buscar culpables porque todos sabemos qué países ricos de Occidente han apuntalado a gobiernos corruptos, dictaduras mesiánicas y cleptocracias… Nadie duda que aquellos polvos trajeron parte de estos lodos… De poco sirve elucubrar ahora con las respuestas a preguntas como ¿qué hubiera pasado sin la alocada invasión de Irak promovida por el funestro triunvirato Bush, Blair y Aznar o si Obama no hubiera retirado las tropas estadounidenses de Irak o si cuando estalló la guerra siria en 2011, EE UU y los países occidentales no hubieran desviado la mirada hacia otro lado, mientras el Estado Islámico extendía sus tentáculos y se incubaba la mayor catástrofe humanitaria de este último siglo…
La realidad es que hay una lacra que azota la humanidad, un enemigo común: el terrorismo yihadista y todos – cada uno de nosotros- somos presas de la inseguridad y el miedo… Ayer fue París, en otras ocasiones ha sido Nueva York, Madrid, Londres, Turquía, Siria, Irak, Afganistán … Mañana puede ser cualquier parte del mundo donde la necedad humana se cobre la vida de victimas inocentes… Dicen que la diferencia está en cómo el Estado Islámico celebra y se jacta de estas muertes y como Europa y Estados Unidos lamentan los daños colaterales de sus acciones militares…
Decía Antonio Gramsci que “vivir quiere decir tomar partido, que que quien verdaderamente vive, no puede dejar de ser ciudadano y partisano. La indiferencia y la abulia son parasitismo, son cobardía, no vida”. Yo, ciudadana de a pie, – alejada de cualquier esfera de poder- quiero seguir practicando mi buenismo, defendiendo la paz y el amor, frente a la guerra y el odio, haciendo apología de la educación y la igualdad, frente a la ignorancia, al fanatismo y la discriminación… Así es como hoy me posiciono, así es como en este complejísimo asunto, tomo partido.

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