Si no existieran las palabras…
Rosalba Díaz / abril 13, 2015
“Si no existiera las palabras, los besos serían mi lenguaje” es lo único que puedo decir hoy que se celebra el Día Internacional del Beso… Escribir algo más me parecería una osadía, sobre todo, cuando Julio Córtazar ese inimitable agitador de generaciones, escribió en “Rayuela” la mejor descripción que jamás se ha hecho de un beso… Lean y disfruten: “Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.
Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mi como una luna en el agua. (Capítulo 7 Rayuela)
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Sobre la autora
Rosalba Díaz
Me apasiona la vida y creo que ya solo el hecho de poder respirar es un auténtico privilegio. Me gusta la gente, sobre todo las mujeres y los hombres que son capaces de ponerse en la piel del otro, de conectar y tender puentes. Creo que se puede hacer magia con las palabras y con el amor. El Ser Humano es simplemente extraordinario y cuando hace de su camino la Esperanza y no le da tregua al desaliento, ni refugio al pesimismo, sus palabras pueden convertirse en vitaminas para su propia alma y la de los otros...
Soy periodista y disfruto muchísimo con mi trabajo porque procuro ponerle corazón a todo lo que hago. Me siento comprometida y entiendo mi profesión y el lugar desde dónde la ejerzo como una oportunidad para ayudar a otros a salir adelante.
Me declaro feminista y aliada incondicional de mi género. Es obvio que desde que Eva mordió la manzana y la culparon de apartar a toda la humanidad del Paraíso, la historia ha sido escrita, narrada y protagonizada por Hombres. Pero esta realidad está cambiando, tiene que cambiar. Antes de ayer fueron nuestras abuelas, ayer nuestras madres, hoy nosotras y mañana serán nuestras hijas… Estoy firmemente convencida de que algún día las mujeres seremos las "dueñas" del Universo junto a todos los hombres que conjuguen el verbo compartir y promuevan con nosotras la igualdad y la justicia. Otro mundo es posible.
Hago apología del optimismo y cuando el desaliento quiere colarse por alguna ranura, no dudo en boicotearle con todas mis ganas. Del pozo de la amargura jamás podrá salir agua dulce.
Me apasiona viajar y descubrir todos esos paisajes humanos que me hacen vibrar y sentirme comprometida con la tierra que piso. Mi sueño sería dar la vuelta al mundo, pero no tengo valor, ni dinero suficiente para hacerlo. Pero sé que el mundo está ahí, esperándome y yo estoy impaciente por ir a buscarlo.
Otra de mis aficiones es el senderismo. Formo parte de Monsecca, (Montañeros, Senderistas y Caminantes de Canarias) y con ellos he descubierto que si hay una forma privilegiada de conocer un paisaje y de vibrar con la naturaleza que nos rodea es acercarnos a ella, y eso solo se hace a pie, pateando y desgastando suelas.
Confieso que hay momentos en mi vida en los que me gustaría volar tan lejos que el infinito sería una callejuela cercana... Sin embargo, reconozco que después me aferro con las dos manos a la tierra porque no quiero perderme ni un solo latido de aquellos que comparten las luces y sombras de este mundo conmigo. Soy la mayor de nueve hermanos encantadores, hijos de Pilar y de Antonio. Mi auténtica pasión, el gran amor de mi vida es mi hija Rosalba.